El Castillo Templario-Pontificio de Peñíscola

El Castillo Templario-Pontificio de Peñíscola es la fortaleza que ocupa la parte más elevada del peñón que soporta lo que era la parte antigua de la ciudad, que se encontraba amurallada en su totalidad y separada del continente por una lengua de tierra que desaparecía al subir la marea.

Dicha fortaleza se empezaba a construir en 1294, y se concluía en 1307. Son los Caballeros Templarios quienes disponen de recursos y poder para acometer semejante obra, a la que se suma la del Castillo que levantan a imagen de los que ya han construido previamente en Tierra Santa. A día de hoy, este Castillo aún representa uno de los más claros exponentes de las características de la arquitectura templaria.

Conocido en Peñíscola como el castillo del Papa Luna Edificación sobria y robusta, se encuentra prácticamente en perfecto estado de conservación, a excepción de la parte que fuera destruida durante la Guerra de la Independencia en 1814.

Este Castillo Templario y Pontificio comparte con el Vaticano y el Palacio de los Papas de Aviñon el privilegio de haber sido Sede Pontificia, de hecho, una de las tres que ha habido a lo largo de la historia. En él fue donde buscó cobijo el Papa Luna, Benedicto XIII, durante el dramático proceso que se vive con el Cisma de Occidente, en el que resulta ser el periodo más trascendental de esta construcción magnífica y adusta.

Actualmente convertido en centro cultural y de ocio, el Castillo recibe más de 330.000 visitas al año, y se ha convertido en un prestigioso centro cultural, albergando distintos eventos, especialmente en los meses estivales.

En 1931 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.